Venía difícil el programa. Había arrancado con mucho empuje, pero como en todo gran proyecto, algunas cosas se iban complicando. Es que realmente no era sencillo. Había que combinar muchas cosas. Temas, tonalidades, intérpretes de distintos estilos, tiempos, ganas, gustos, etc.
Pero finalmente se terminaron 6 programas. Y después de esos seis programas hubo un parate que tuvo que ver más que nada con el presupuesto y algunos papeles.
Había un equipo de mucha gente en ese momento, y cada uno, como podía, trataba de solucionar problemas. Desde María Julia hasta la gente de producción, Valeria, Fede y Kity, que habían estado desde el arranque, todos intentamos llevar adelante el proyecto. Pero pese a los esfuerzos, se había trabado...
Pensé que todo iba a quedar inconcluso, y de golpe en la etapa final apareció Horacio Ríos, actual Secretario de Cultura (y en ese momento director del Centro Audiovisual Rosario), y se consiguió el último empuje oficial que faltaba para poder terminarlo.
A todo esto, habían quedado muchos grupos y solistas afuera. Pero yo ya había hablado con los Bulldog, que en un principio lo iban a hacer con Coki, que no pudo, y entonces me incluí en la grilla para hacer el último programa con ellos... Y sí. No me la quería perder... Y al final, casi apagando la luz, pasamos una muy buena tarde versionando Fatal Destino y Esperando por ti.
Y así quedaron 7.
Planeamos el 8, junto con el Nene Molina y el equipo, como un resumen de los 7 primeros. Pero igual faltaba algo. Un final. Como toda buena película tenía que tener un buen final.
Y pensé en Lalo de los Santos y su Tema de Rosario. Tenía que estar de alguna manera.
Entonces me embarqué en la producción más compleja que recuerdo haber hecho en toda mi carrera.
Empecé a hablar con algunos músicos que no habían podido estar en los programas. Silvina, Coki, Franco Luciani, Cristian Amado... Y todos se prendían con la idea. Pensé también en instrumentistas rosarinos, y enseguida aparecieron Palmo y Ezequiel, que estaban tocando con Diego Torres, y hablé con mi amigo Ariel Pozzo, actual guitarrista de Mateos y compañero de ruta muchos años. La cosa se iba armando...
Encaré primero un arreglo que era más plano. Pero el tema es largo, y se hacía difícil mantener el groove medio ambient durante 7 minutos. Entonces aparece la base que finalmente quedó y empezó a armarse. Grabé un bajo que me gustó, le sumé un piano eléctrico clásico, algunas cosas de Hammond y ya sonaba. Ahora había que empezar a armar el rompecabezas...
Tomé el estudio Blue Room, con Franco Mascoti como técnico y cité a casi todos una tarde.
Empezamos con Ezequiel. Tenía que grabar sobre la base que había armado en casa y yo después reemplazaba la batería sampleada por la de él. Segunda toma y quedó. Un monstruo Ezequiel... Y así empezaron a desfilar grandes talentos.
Le pedí a Palmo y al Bonzo que grabaran libremente sobre todo el tema algunas frases que después elegiría y ubicaría a lo largo de la canción. Los dos estuvieron maravillosos. Fue muy difícil elegir las tomas.
Más tarde llega Pablo Pino. Me acuerdo que tenía un show cerca de Rosario con Cielo razzo, pero se quedó esa tarde en Rosario para grabar el tema y no fue a la prueba de sonido. Buenísima su interpretación. Un par de sugerencias y nada más. Quería que él arrancara el tema. Como un símbolo de lo que viene ahora. Impecable Pablo.
Después vino Silvina, y pese a que su parte está en la zona más baja de su registro, accedió y le puso su inmenso talento a la frase de la nostalgia, dándole un toque íntimo y profundo que es uno de los grandes momentos del tema.
Ike Parodi, de Vudú, vino con su parte super preparada y nos quedamos hipnotizados apenas arrancó con el puente. No había que tocar absolutamente nada. Así es como quedó.
Cristian Amado fue otro de los que se prendió al proyecto con su mejor onda y también le puso su sello a la canción.
Dani Pérez, de los Sucesores de la bestia, es un músico genial. No habíamos podido hacer un programa con ellos, pero quería que estuviese en este último programa, y le bastó una estrofa para demostrar su arte.
Esa tarde también lo llamé al Topo Carbone. El que jamás dejará de golpear... Y ahí estuvo. Otra gota de emoción que se sumaba. Y el tema seguía creciendo...
Todos estuvieron brillantes. Tal vez fue la unión inesperada, tal vez el tema y lo que dice, tal vez las ganas de cantarlo. No sé. Pero lo que sí sé es que todo iba tomando un vuelo increíble y que daban ganas de seguir sumando.
Quedaban algunas cosas por grabar. Quería que estuviera Coki, que tampoco había podido hacer el programa. Finalmente un día vino a casa y con toda su polenta dejó su marca y su inconfundible estilo.
También Rubén, que el día de la grabación en Blue Room no había podido venir, tenía que estar en esta versión. Rubén grabó la estrofa final y nos dejó a todos una clase de cómo se canta.
Y como el tema tiene muchos huecos entre las voces, aparte de las violas de Palmo, Ariel (vía web), y Bonzo, se me ocurrió darle un sonido medio tanguero llamándolo a Franco Luciani, que justo había hecho un CD de tangos espectacular.
No lo conocía a Franco personalmente. Apenas tocamos el tema en casa, piano y armónica, sentí que lo conocía de toda la vida. Sin palabras lo de Franco. No soy original diciendo eso de él, pero es lo que realmente siento cuando lo escucho tocar. Mi admiración total para él.
Pero esto no había terminado. Quería que estuviera Litto Nebbia. Amigo de Lalo y productor de su primer disco. No podía faltar. Todo un símbolo. Y con el enorme respeto y admiración que se merece el que realmente inventó esto del rock en castellano, lo invité, sin ningún compromiso, a participar. Enseguida se prendió y recuerdo que hasta también tuvo la amabilidad de mandarme en video, la sesión de grabación en su estudio, grabada por su hija, que justo estaba haciendo un documental.
La voz de Gonzalo Aloras era otro de los colores que imaginaba para esta versión. Y esta vez, vía web, se pudo lograr. Talento total.
Finalmente, estaba todo grabado... Y entonces ?.... socorro..!
Fueron muchos días de elegir tomas, frases, arreglos. Correr de lugar fraseos buenísimos de guitarras que tal vez estaban justo sobre una parte cantada pero que no podían quedar afuera.
Era como un rompecabezas, que después se complicaría aún más, cuando en el estudio de Nacho Roselló, el rey de la paciencia y el Adobe Premiere, había que encontrar las imágenes que coincidieran con las partes que previamente había elegido y mezclado en mi casa...
En fin, difícil de explicar, pero realmente, después de verlo recién otra vez, tengo que aceptar, que como pasa en muchas producciones, también el azar nos debe haber ayudado un poco.
Y junto a Fernando Zago, ya muy tarde, el día anterior de la salida al aire, lo vimos entero y le dimos el ok final.
Estaba listo el Tema de Rosario. Buscamos una foto de Lalo para el final, porque realmente hacía falta, porque él fue, el que hace mucho tiempo, le puso las palabras y la música a esta historia. A su propia historia. Aunque como me contaba Rubén un día, algunos pensaran que Floresta era la mujer que le tuvo paciencia...
Me acuerdo que el día que salió al aire estábamos en la casa de mi amigo Juan Pablo. Éramos muchos, y estaban sentados en algunos sillones. Yo me había quedado atrás, mirando sobre sus cabezas y viendo que pasaba.
Cuando llega el final del tema, en esa parte que no estaba en la versión original y que repite "te siento igual" con varias voces, no pude evitar emocionarme con lágrimas incluídas. No sé que habrá sido, pero enseguida me di cuenta que en ese living, no era el único.
Al rato suena el celular y era el Pitu Fernández, gran amigo de Lalo, puteándome por cómo lo había hecho llorar...
La música aparte de alegrar, de divertir, de hacernos bailar, pensar, recordar, imaginar, también a veces nos hace emocionar. Y no está mal que así sea.
Creo que a Lalo le hubiera gustado.
Creo que también se hubiera emocionado un poco.
Porque es un gran tema interpretado por grandes músicos que le pusieron lo que tienen y brindaron su talento en cada una de sus participaciones.
Y también, en cada nota interpretada, hubo emoción.
Gracias a todos.